Por Benjamin Fulford (20/03/2012):
Naoshi Onodera mostrando lo que dice ser un objeto Sumerio de 8.000 años de antiguedad, la «Joya» imperial japonesa
Naoshi Onodera afirma que él es el emperador legal y legítimo de Japón, y que el emperador Akihito es descendiente de un grupo de pretendientes ilegítimos que fueron puestos como títeres gobernantes por cabalistas extranjeros, los cuales utilizan la estrella satánica como su símbolo. Dice que el emperador actual está utilizando réplicas falsas de los tres antiguos tesoros imperiales para justificar su posición en el trono. Estos objetos preciosos son conocidos como la joya, la espada y el espejo, y se dice que son las piezas más antiguas heredadas en la Tierra. Los reales están en su poder y está dispuesto a que estudiosos y expertos legales verifiquen estas y otras evidencias, dice Onodera. Esta es una afirmación muy importante, ya que está íntimamente relacionada con la puesta en marcha del nuevo sistema financiero, y con la posibilidad de un cambio fundamental de régimen en Japón.
En los últimos años Japón ha sido controlado por un pequeño grupo en torno a Hiroaki Fushimi, un pariente imperial lejano, que ha estado tratando de apoderarse del trono para así tomar el control del sistema financiero japonés. Como parte de esta trama, Fushimi organizó el asesinato del prometido de la princesa Masako, Oku Katsuhiko, con el fin de obligarla a casarse con el príncipe de la corona para que pudiera sustituir a uno de sus propios hijos como niños de Masako, y colocarlo como heredero al trono, de acuerdo a varios miembros de la familia imperial. Afirman que Oku, que trabajó para la División Número 2 de Norteamérica en el Ministerio de Relaciones Exteriores japonés, fue enviado a Irak, donde fue asesinado. Fushimi ha sido un agente de George Bush padre y ha proporcionado a los Bush documentos financieros fraudulentos, añaden. El emperador Akihito ha sido una marioneta impotente manipulada por esta camarilla, que incluye al Príncipe Hitachi, dicen las fuentes de la familia imperial. Fushimi se negó a confirmar o desmentir estas afirmaciones, cuando le llegaron a través de su secretario.
Esta camarilla está aislada y escondida en el Palacio Imperial tras 6.000 guardias uniformados. Sin embargo, desde que miembros de la Sociedad del Dragón Blanco son parte del personal interno del palacio imperial, éstos deben rendirse y permitir que Eijiro Katsu, el mayor del Ministerio de Finanzas y Burocracia, y Masaaki Shirakawa, gobernador del Banco de Japón (BOJ), abran las Pantallas Negras del BOJ y liberen los fondos para el nuevo sistema financiero. A continuación, el Ministerio de Finanzas de Japón recibirá un pago inicial de 10 trillones de dólares para ser utilizados para la reconstrucción de los daños causados por el terremoto y para la creación de una nueva Agencia Internacional de Planificación Económica. La cuestión de quién tiene la última reclamación legal sobre los cuantiosos tesoros imperiales, que ayudan a respaldar el nuevo sistema financiero, tendrá que ser respondida muy pronto por estudiosos y juristas, ya que el nuevo sistema financiero debe ser puesto en marcha lo antes posible. El hombre bajo los focos, con la firma de los derechos legales actuales, es Eijiro Katsu, así que por ahora la espada del destino mundial se cierne sobre su cabeza.
En cualquier caso, Onodera está sin duda en posesión de algunos objetos muy singulares y de gran valor histórico. La ”joya” que sostiene en sus manos en la foto superior tiene una flor de ocho pétalos tallada en ella. Onodera dice que este objeto ha estado en posesión de su familia durante 8.000 años, y que tiene sus orígenes en la antigua Sumeria. La flor es el ejemplo más antiguo conocido de la estrella de ocho puntas o del sello de los profetas, añade.
El tercer tesoro, el ”espejo”, datado de 2100 años atrás, es originario de Corea. Aparte de mostrar lo que asegura son tres tesoros del trono imperial japonés, Onodera tenía muchas otras cosas interesantes.
Reyes tibetanos utilizaron el siguiente artilugio para sacrificar a vírgenes, hasta que el Tíbet fue conquistado por China hace mil años y los emperadores chinos pusieron fin a la práctica, dice.
Otro punto a añadir acerca de las reclamaciones de Onodera es que muchas de las bandas Yakuza de Japón y otras organizaciones lo apoyan. Onodera ha estado bajo la protección de la secta budista de Nichiren y ha mantenido su identidad, y sus reivindicaciones, en secreto hasta ahora.
Según Onodera, cuando los ejércitos extranjeros invadieron Japón en los años 1850 y 1860, se encontraron con que el gobierno japonés era propietario de 3/4 partes de la oferta de plata conocida en el mundo. Con el fin de poner sus manos en ella, suministraron al linaje empobrecido del Norte rifles que podían disparar a 400 metros, mientras que vendieron al rico linage “legítimo” del Sur, rifles que sólo podían disparar a 100 metros. El símbolo de la bandera del Ejército del Norte era una estrella de 5 puntas, el símbolode Lucifer, también conocido como Satanás. Los sureños fueron masacrados y las familias de la banca extranjera metieron sus manos en algunos de los tesoros. Desde entonces, afirma, Japón ha estado a cargo de estos títeres de los financieros extranjeros.
Onodera también hace una afirmación más sorprendente. Dice que su familia es descendiente directa del bíblico Abraham. Sus afirmaciones están respaldadas por el hecho de que el árbol de la familia de Abraham se corresponde exactamente con el árbol familiar de los mitos de la fundación de Japón. Para confirmarlo Onodera mostró lo que él dice es la tableta de piedra original de los 10 mandamientos. Dice que le fué dada a un antecesor suyo por “seres celestiales”.
Onodera dice que todos los elementos en su posesión están disponibles para el escrutinio de expertos, siempre y cuando él y su equipo sean capaces de controlar los objetos en todo momento. No hay ni que decir que Onodera también tiene complejos cuadros genealógicos, documentos y otras pruebas para respaldar su afirmación de ser el heredero del linaje real, todavía existente, más antiguo de la Tierra.
Fuente: Benjamin Fulford
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